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Publicación sobre el Perro de Agua Español en el Periódico “El Mundo”
Perros al rescate, incluso bajo el agua
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El perro de agua español puede sumergirse hasta 4,5 o 5 metros y bucear.
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En el huracán Mitch rescataron personas cuando ya no se esperaban supervivientes
- Exhiben sus capacidades en la Exposición Canina Nacional e Internacional de Galicia
Se sumerge hasta 4,5 o incluso 5 metros bajo el agua y es capaz de bucear y buscar lo que se le indique. Se adapta a cualquier situación ambiental. Su olfato agudo le permite rescatar y localizar a personas vivas o muertas (y distinguir entre unas y otras). Por su carácter equilibrado puede trabajar en situaciones de presión. Es el perro de agua español, una raza que gana cada vez más adeptos como animal de rescate y catástrofes.
Está reconocido como raza por la Real Sociedad Canina desde 1985 y sus criadores calculan que hay en el país unos 15.000 ejemplares, pero el presidente de la Asociación Española del Perro de Agua Español, Antonio García Pérez, cree que “aún se conocen poco sus capacidades y aptitudes”. Para darlas a conocer, este fin de semana realizan test y exhibiciones en la Exposición Canina Nacional e Internacional de Galicia.
Esta raza ha desarrollado membranas interdigitales en las patas que le permiten bucear. Alegría (Leompilia de Ubrique en su nombre formal) se arroja directamente a la piscina instalada para la exhibición de perro de agua español en el Instituto Ferial de Vigo y busca el objeto que se le ha indicado. El depósito tiene varios metros menos que el usado en sus adiestramientos, pero sino habría dejado ver al público una técnica depurada de buceo en la que “a partir del segundo o tercer metro, baja en tirabuzón y la hemos visto bajar hasta los cinco metros”.
Al lado de la piscina está la pista de catástrofes, en la que seis perros hacen una exhibición de otras de sus múltiples capacidades. Tula sube con precisión las escaleras en vertical, pasa por un andamio que simula un precipicio, se desplaza sobre un somier que imita una superficie inestable, se introduce en un tubo, sale directamente a una escalera en horizontal con sensación de vacío debajo. Lo ha hecho en un tiempo récord, pero según su cuidador, José Manuel Ramírez, “lo que menos importa es el tiempo, lo que hay que ver es la seguridad con la que lo hace, en una catástrofe no puede dudar”.
Tizón se desenvuelve con soltura por la pista pese a que no está familiarizado con ella. En sus adiestramientos “le vamos cambiando los obstáculos, cada día le introducimos uno diferente, para que piense, resuelva…”. Y le llevan al límite, “le tenemos horas y horas sin que se cansen”. Su capacidad de adaptación a distintos ambientes y su resistencia al frío y al calor y a largas jornadas de trabajo son rasgos que les hacen muy atractivos para bomberos o policías.
Héroes en catástrofes
El perro de agua español es una raza milenaria que hasta hace tres décadas se utilizaba fundamentalmente en tareas depastoreo y caza en Andalucía y pesca en el Cantábrico, pero desde que se han empezado a dar a conocer se ha expandido por todo el mundo. Hay 1.200 en el Reino Unido, ejemplares en Suecia, Alemania, todo Sudamérica y unos pocos también en Estados Unidos. En casi todos los países en los que están han dejado huella.
En Colombia dos de ellos se convirtieron en héroes nacionales porque durante las tareas de rescate posteriores al huracán Mitch llegaron a encontrar a cinco personas vivas cuando ya se habían descartado más supervivientes, once días después de la tragedia. Tras el huracán Katrina de Nueva Orleáns, Carlos, un perro de agua español se convirtió en una de las mejores bazas en la recuperación de cadáveres: “lo llevaban en una barca, olía, hacía una señal, bajaba un buceador y subía un cuerpo”.
Catástrofes naturales y artificiales como el derribamiento de un edificio son entornos en los que se ha demostrado su destreza y versatilidad, pero son situaciones en las que no se puede arriesgar, el perro tiene que haber probado previamente su valía. Para ello, este fin de semana se realiza en Vigo un test de carácter y aptitudes naturales en el que, según explica el delegado de la raza en Galicia, Manuel Mera, “se le somete a situaciones de estrés por disparos o ruídos, se le separa de su dueño, se le hace convivir con otros perros…”.
Para obtener el certificado, el animal tiene que demostrar que es muy equilibrado. “Fiel, obediente, alegre, laborioso, valiente; de gran capacidad de aprendizaje por su extraordinario entendimiento, amoldable a todas las situaciones y temperamentos”, son rasgos del carácter que debe cumplir. Físicamente, lo más característico es el manto de lana que le cubre de nariz a rabo, no es pelo, no se le cae y le protege del calor y del frío, haciéndolo más atractivo para su trabajo en condiciones extremas.
Personas mayores y enfermas
Murdor es uno de los perros de agua español de Antonio García Pérez. Tiene seis años y amplia experiencia acumulada en otro de los trabajos en los que la raza está demostrando gran habilidad, su uso terapéutico. Trabaja en una escuela con niños con necesidades educativas especiales, pasó seis meses con una persona paralítica ayudándole en sus quehaceres diarios y, como prueba de su versatilidad, también estuvo dos años trabajando en tareas de búsqueda como bomberos.
“El mismo perro ayuda a un bombero y a un paralítico. En Alemania, uno detecta la diabetes, mueve la cola para avisar a su dueño”, ensalza el presidente de la asociación. “Es un perro polivalente” que ha demostrado sus facultades en terapias con personas mayores, con niños con autismo o en atención a personas con problemas de movilidad.